Hoy se juega en Múnich el que, seguramente, sea el partido más importante del mundo a nivel de clubes, la final de la UEFA Champions League. A ella han llegado el Chelsea inglés y el Bayern alemán, que jugará en su propio estadio e intentará romper el maleficio que dice que nunca gana la Copa de Europa el club anfitrión de la final. Es un partido, a priori, igualado en cuanto a su potencial y del que resultará un campeón sorprendente, al menos si tenemos en cuenta las apuestas de principio de temporada. Incluso las que se hacían tras conocer el sorteo de cuartos de final, ya que en todas las quinielas se apuntaba una final entre Barcelona y Real Madrid.
Una final que se antojaba segura a tenor de los resultados de los partidos de ida de la ronda de semifinales pero que, en 48 horas, tomó un rumbo totalmente inesperado al perder su billete a la final los dos equipos españoles en sus propios estadios. La histórica final entre los dos clubes más poderosos tendrá que esperar igual que desde la fase de grupos lleva esperando el Manchester United, el otro gran favorito al inicio de la competición.El caso es que el fútbol ha querido que Chelsea y Bayern sean quienes se jueguen el cetro europeo en la final de esta noche.Pero, por unas u otras razones, más o menos creíbles o no, el caso es que la final es la que es y que, decepción por la no presencia de equipos españoles aparte, hemos de reconocer que son dos equipazos los que comparecerán hoy en el Allianz Arena.
Un Bayern que tiene a dos de los mejores extremos del mundo, Robben y Ribèry, junto a un "nueve" de los de toda la vida, gran rematador y buen jugador como Mario Gómez; con un centro del campo en el que destacan algunos de los nuevos valores del fútbol crativo alemán como Kroos o el recuperado Schweinsteiger, junto al gran portero en que se ha convertido Neuer, y la gran motivación de vencer en casa, algo que puede crear ansiedad y volverse unfactor en su contra.
Del otro lado, el renacido Chelsea de Di Matteo, con los grandísimos Drogba, Lampard, Ramires, Malouda y quien, a mi entender, puede tener en sus pies la capacidad para decantar el partido a favor de los ingleses, el español Juan Mata, el único capaz de deshacer un entramado defensivo alemán con un pase, una asistencia o un regate en la zona de finalización que deje en ventaja a sus compañeros de ataque.
Hoy, los protagonistas, son los equipos que supieron gestionar la plantilla en el tramo decisivo de la temporada. Un Bayern que pudo afrontar fresco la semifinal al haber perdido la Bundesliga una semana antes, lo que les permitió rotar en los compromisos ligueros cercanos a sus enfrentamientos con el equipo de Mourinho. Un Bayern que ha centrado su temporada en intentar conquistar la final que se juega en su estadio. Igual que el Chelsea que, llegados a este punto, en el que han ido de menos a más hasta ganar la final de la FA Cup al Liverpool y que les ha llenado de moral tras un inicio de año lamentable con Vilas-Boas al mando.
Veremos qué nos depara el partido. Toda una final de Champions de la que saldrá un campeón inesperado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario